La labor educativa que se realiza en el Colegio Mayor Alcalá es definida por su propio Equipo Directivo como una “lluvia fina”, de conocimientos y experiencias, que va calando en nuestros Colegiales. Durante el curso nuestros universitarios tienen que escuchar muchos mensajes, en la universidad, en su grupo de amigos, en el Mayor…
También el Padre Claret tuvo que escuchar y convivir “barahúnda de cosas” (Autobiografía, n68) que le hicieron plantearse su vida y su vocación. Un chico corriente que trabajaba en unos telares pero que ya con la edad de nuestros colegiales tenía alma misionera que ardía en caridad y de la cual nacen los Misioneros Claretianos y también el Colegio Mayor Alcalá.
El P. Claret en su autobiografía describía como su casa se convertía en “una colmena, en que ya salían unos, ya entraban otros, según las disposiciones que les daba, y todos siempre contentos y alegres. Por manera que los forasteros quedaban asombrados de lo que veían y alababan a Dios.” (Autobiografía, n608)
Desde su apertura, en año 1967, el Colegio Mayor Alcalá se ha visto muy reflejado en esta imagen de colmena, utilizada por el P. Claret para describir su casa. Sus hijos, los Misioneros Claretianos, supieron ver en la idea de “Colegio Mayor” una oportunidad de misión como institución evangelizadora.
Misión de evangelización educativa y de acogida para los jóvenes venidos de muy distintos lugares y con sueños e ilusiones comunes, que con su alegría alimentaban esa colmena que crecía con el paso de los años y las generaciones. La presencia y acompañamiento de claretianos y laicos, en misión compartida, es un rasgo fundamental en la forma de entender la misión. La dirección y presencia claretiana infunde su identidad a una institución en constante evolución como es el Alcalá.
En el XXV Capítulo general de los Misioneros Claretianos se establecieron en seis los rasgos fundamentales del misionero claretiano y que podemos ver reflejados en nuestra Colegio Mayor.
Misioneros con espíritu. En nuestro mayor todo tiene sentido, todo está pensando para que nuestros colegiales maduren en todas las dimensiones que vertebran a la persona. Nada está vacío, nada se hace “porque si”.
Oyentes y servidores de la palabra. Poner la palabra de Dios en el centro de nuestra vida y de nuestro corazón, situar la capilla en medio de nuestras zonas comunes, la presencia real de Dios en medio de nosotros. Nuestras celebraciones más importantes: día del P. Claret, Navidad, Acto de clausura, tienen un nexo común, la celebración de la eucaristía.
Misioneros en comunidad. Este rasgo congregacional es indispensable en nuestra institución ya que no seriamos Colegio Mayor si no viviéramos en comunidad. Somos un espacio genuino de convivencia.
Enviados a evangelizar y escuchar a los pobres. El compromiso social es clave para desarrollar uno de los valores que ocupan el centro de nuestra labor: la empatía. Solo desde la compresión del otro seremos capaces de construir un mundo mejor.
Con toda la iglesia y quienes buscan la transformación del mundo. Una Iglesia en apertura, en conexión con otras posiciones claretianas y con otras instituciones religiosas. Siempre aprendiendo de otros Colegios Mayores con los que estamos en continuo dialogo.
Abiertos al mundo. Con grandes ambiciones, pero con necesidad de convertirnos en una herramienta útil al servicio de nuestros Colegiales.
Hoy más que nunca sentimos que la #MarcaAlcalá es marca Claretiana. Sin duda el Alcalá no sería igual sin el carisma que a lo largo de más de 50 años no ha dado forma y nos sigue alentado en nuestra labor educativa al servicio de la universidad.
Estos rasgos congregacionales son también los de nuestra institución y los de todos nosotros: colegiales, trabajadores, equipo directivo y comunidad claretiana. Tenemos el deber de cuidar este precioso legado, adaptándolo siempre a los “signos de los tiempos” y sin dejar de lado que somos universidad y debemos ser también herramienta al servicio de la sociedad.
El Equipo Directivo del Colegio Mayor Alcalá, obra apostólica de los Misioneros Claretianos